Creo que es vital transmitir y
expandir el conocimiento milenario del Tao. A mí me ha conquistado con sencillas técnicas como los sonidos curativos con cuya práctica he recordado cosas que son de cajón,
pero que no aplicaba y este sistema me ha ayudado a integrar en mi vida. Me apunto a sonreirme interiormente y a llenar cada célula de mi cuerpo con mi sonrisa y con mi amor incondicional. Conectar con nuestra propia energía y expandirla por nuestro cuerpo. Conectar con nuestro centro, con nuestro útero, con nuestro Tan T´ien inferior y enviarle amor. Conectar con nuestro corazón y sonreír a cada una de nuestras células.
Las mujeres sabíamos hacer esto hace millones de años, cuando nuestros úteros no habían sido profanados. Los hombres sabían hacerlo cuando vivían conforme a la ley natural de amar a la madre tierra y de amar a la madre mujer. Como
dice la abuela Margarita, durante miles de años la mujer fue tratada igualito
que el hombre, miles y miles de años,… luego eso cambio, se perdió el respeto
por el principio femenino, se perdió el respeto por la tierra, los valores de
ser, de cuidar, de silencio fueron desterrados, apartados, igual que la misma tierra, y
otros nuevos reyes ocuparon un nuevo trono: la prisa, el hacer, el demostrar,
los resultados, la productividad asesina. El circulo de cuidado y amor se
rompió y el respeto a los dioses y diosas de la naturaleza fue usurpado por
hombres sedientos de poder, el hombre olvido su conexión, obligo a la mujer a
olvidar la suya, por la fuerza. No es victimismo, es tratar de ver la realidad,
lo que fue. Para poder avanzar.,.
Y
hombres sensibles y con sed espiritual se han complicado la vida buscando
cientos de técnicas y de disciplinas para volver a establecer esa conexión con
el Tao, con la nada, que para mí es el principio femenino originario,… y
mientras hacían esto la mujeres seguían siendo ninguneadas, y tratadas
desigualmente. Como si fuéramos una propiedad más, sin derecho a elegir nuestro
propio destino. Seguían encerradas en sus casas sin acceso a esos lugares donde
se decidía el funcionamiento de sus vidas,… ¿Cómo iban a conseguir conectar con
el Tao si no eran capaces de considerar a la mujer igualito que al hombre? ¿No
sería ese un buen principio? Pero los que gobernaban, los que hacían las
leyes y creaban esas sacrosantas tradiciones seguían teniendo miedo de la Diosa
Mujer y preferían mantener a la dragona encadenada por si acaso,… encadenándose
al mismo tiempo a ellos mismos a años de practicas y disciplinas en pos de una
unión espiritual con algo de lo que no eran capaces de unirse a nivel material,
a ese nivel de andar por casa,… Porque si fueran capaces de experimentar la
verdadera unión con sus mujeres, la verdadera conexión, ¿cómo iban a permitir su
sufrimiento, su discriminación, como iban a permitir las injusticias sociales?
Ese amor profundo y esa conexión profunda sería más fuerte que la tradición o
las costumbres,… Y así hemos llegado hasta aqui, muchas de nosotras viviendo una vida gris, apagada, sin pasión, sin energía, llena de obligaciones
y desconectadas de nuestro propio placer,… con nuestros úteros contraídos o
extirpados, llevando una vida anodina y robotizada,...
Es tiempo de romper estas cadenas invisibles, es tiempo de luz, de desvelar los
secretos, es imposible detener al agua,… puedes intentar desviar el rio, pero
llegará una riada y el rio reconquistará
los territorios que le habían sido usurpados. Es imposible detener esta
expansión de conocimiento,… confío en la sabiduría interior de cada mujer a la
hora de integrar y avanzar en la practica,… ¿Acaso no somos todas maestras? ¿No ha
sido siempre así entre nosotras? Nos enseñábamos a parir, a amamantar, a tejer, las unas a las otras,…
hasta que un día un hombre dijo que no sabíamos parir, y que fuéramos al
hospital. Un hombre dijo que nuestra leche era mala o escasa e inventó el
biberón, ¿Que hacen miles
de mujeres permitiendo que ginecólogos hombres les asesoren sobre que es un
cuerpo femenino saludable? ¿Qué sabrán ellos de un cuerpo femenino saludable? ¿Si por un lado son hombres, y no pueden sentirlo y por otro lado solo estudian
enfermedad en la facultad?
Hoy es tiempo
de poner en manos de cada una el conocimiento y permitir que cada una sea su
propio maestra, que nuestra vida sea ejemplo, cada una a su medida. Si
todos enseñáramos lo poco o mucho que sabemos el mundo sería más sabio. Pero
no, nos mantenemos en yo no sé, es el de fuera, el maestro o el político el que
sabe,… Y así nos va,... ¿Que esto puede despertar a la dragona dormida? Es
posible, pero creo que cualquier cosa es mejor a que las mujeres sigamos
dormidas en esta especie de sopor, totalmente desconectadas de nuestro centro,
con nuestros úteros contraídos por siglos de represión y desigualdad. Lo que yo transmito es un Tao nuevo, desde las mujeres para las mujeres. Un hombre no me puede enseñar a parir, un
hombre no me puede enseñar a amamantar, un hombre no me puede enseñar el Tao de
las Mujeres, un Tao que nos permita conectarnos con nuestro centro. Porque sinceramente creo que una
mujer centrada jamás será dañada. ¡A conectar y a disfrutar!
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