domingo, 17 de mayo de 2015

Masaje Maya para la Fertilidad y el Equilibrio de tu Centro

Qué es el masaje maya


 El masaje maya proviene de la cultura que lleva el mismo nombre. Los curanderos tradicionales mayas usaban este masaje abdominal para reposicionar los órganos internos fuera de lugar y, en especial, el útero, con el objetivo de mejorar la fertilidad.

Según las parteras y curanderos mayas, algunos de los problemas reproductivos de las mujeres pueden ser el resultado de una mala posición del útero a causa de un accidente o una caída, por una práctica deportiva inadecuada, por una debilitamiento de los ligamentos que lo sostienen a causa del embarazo o el parto, o por algo tan sencillo como utilizar tacones muy altos lo cual nos produce una hiperlordosis forzada, que cambia la posición de la pelvis y también de todos los órganos en su interior. Los órganos reproductivos fuera de lugar pueden obstruir el flujo sanguíneo y linfático y poner presión en el sistema nervioso, debilitando el equilibrio físico del área abdominal.

El masaje maya se usa para ayudar a guiar al útero a su posición original, aliviando así los síntomas que acompañan este problema, tanto físicos como emocionales. Una vez que el útero esta en la posición correcta, todo el cuerpo y especialmente el área de nuestro centro y la pelvis encuentran su equilibrio natural, se regula el flujo sanguíneo y linfático lo cual ayuda a la eliminación de toxinas, mejorando así el equilibrio hormonal, la firmeza de los tejidos y el funcionamiento de los órganos.
El masaje maya abdominal puede ayudar a corregir la posición del útero y es útil en  la prevención y tratamiento de problemas digestivos. También puede ayudar en el tratamiento de los dolores menstruales, el síndrome premenstrual, fibromas, ovulación dolorosa y otros problemas que pueden contribuir a la infertilidad.

Cuándo no debe practicarse el masaje maya
• Cinco días antes de la menstruación y durante la menstruación
• Durante el primer trimestre de embarazo
• Si utilizas un dispositivo intrauterino
• Durante las seis semanas posteriores a un parto vaginal
• Durante los tres meses posteriores a un parto por cesárea
• Puede usarse con extremo cuidado en presencia de hernias


Cómo se realiza el masaje maya
Puedes realizarte el masaje a ti misma o regalárselo a una amiga.
  1. Te tumbas boca arriba con un cojín bajo las rodillas.
  2. Si vas a realizar el masaje a otra persona, antes de realizar el primer contacto pides permiso ¿Está bien para ti si coloco mis manos sobre tu vientre?
  3. Pon las manos sobre el ombligo.
  4. Siente como sube y baja el vientre con la respiración.
  5. Busca una imagen o una sensación que te ilumine la cara con una sonrisa y que despierte en ti un sentimiento de bienestar. Siente intensamente esta hermosa y cálida sonrisa de gratitud en tu rostro. Y llévala a tu vientre.
  6. Haz vibrar tus manos, sacude ligeramente tu vientre.
  7. Desde el ombligo, ve dibujando una espiral con tus manos, alejándote del ombligo y yendo de superficial a profundo.
  8. Si encuentra algún punto más tenso, párate ahí y haz círculos con dos dedos hasta que lo notes más blando. Ve sin prisa. Tómate tu tiempo.
  9. Realizas una masaje con ambas manos desde el pubis al ombligo 3 veces sin tocar el ombligo
  10. También con ambas manos, comienzas en una de las crestas iliacas y te deslizas hacia el ombligo sin tocarlo. 3 veces, con un movimiento profundo y lento. Repites comenzando en la otra cresta iliaca.
  11. Mueves las piernas para estimular la circulación linfática. Este movimiento es más efectivo si te lo puede realizar otra persona, sacudiendo ambas piernas a la vez.
  12. Realizas un masaje desde el final del esternón, la boca del estomago al ombligo (3 veces sin tocar el ombligo). Movimientos suaves y profundos.
  13. Realizas un masaje desde las costillas derecha e izquierda al ombligo sin tocarlo.
  14. Movimiento de llave: desde el final del esternón con los dedos índice y corazón bajamos realizando pequeños círculos por el centro, luego rodeando el ombligo bajando por la izquierda y subimos por la derecha  otra vez hasta el final del esternón.
  15. Dibujamos de nuevo una espiral en el vientre, desde el ombligo hacia fuera.
  16. El cierre: cerramos de los laterales al centro, y del pubis y la apófisis xifoides al centro.
  17. Terminas conectando de nuevo con la respiración y sonriendo a tu centro y tu útero.



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